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El Fuenlabrada cosecha su tercera victoria consecutiva en casa, la undécima del curso, al imponerse en una gran segunda parte al Gipuzkoa Basket. La permanencia, mucho más cerca.



20 de abril de 2014

El riesgoestaba ahí. Esos titulares relacionados con la torrija en caso de que el equipoperdiera, un Fuenlabrada “atorrijado” y un cierto efecto boomerang del concursode esta semana. Pero no fue así. Una segunda mitad más que notable nos dio untriunfo incontestable ante el Gipuzkoa Basket. La tercera consecutiva en casa yde nuevo con el rival por debajo de los setenta puntos. La torrija fue dulce.

Y esoque el inicio nos hizo temer lo peor, porque la entrada de nuestro equipo alpartido estaba a mitad de camino entre el aplatanamiento y el “atorrijamiento”.Cierta desidia. La defensa concedía que el balón circulara con comodidad encada ataque rival y, claro, los Doblas, Ramsdell y compañía se ponían lasbotas. 24 puntos en el primer cuarto para los visitantes.

En esosmomentos lo mejor era el marcador porque a impulsos éramos capaces demantenernos en el partido a pesar de los intentos de escapada de losdonostiarras. Así del 11 – 19 pasamos al 25 – 24 con buenos minutos de losjugadores que entraron desde el banco como Paunic y Dani Pérez. Pero erandestellos porque el ritmo lo controlaban los de Sito Alonso que volvían aalejarse con el 27 – 37 del minuto 17, su máxima ventaja.

Fue entoncescuando Casimiro puso en pista a Chema González, sustitución que el entrenadorvisitante destacó luego en la rueda de prensa ¿Por qué si el pívot del filialsólo jugó cuatro minutos? Porque varias acciones suyas, plenas de energía,parecieron contagiar al resto del equipo. Y nuevo arreón para irnos al descansosólo dos abajo: 37 – 39.

¿Otroespejismo o esta vez la reactivación sería la definitiva? Lo comprobamos prontotras la vuelta de vestuarios. Era la definitiva. Nuestra defensa era ya lahabitual en los últimos partidos en casa, férrea, sin concesiones. Si el rivalquiere anotar, que se lo gane. Así, el partido se mantuvo en la igualdad hastalos últimos compases del tercer periodo, momento clave pues fue entonces cuandonos llegó la inspiración ofensiva. Y eso es mucho decir cuando coinciden enracha hombres como Cabezas, Panko, Feldeine y Paunic. Entre ellos sumaron 17puntazos en apenas cinco minutos y del empate a 49 pasamos al 66 – 54 (minuto31).

A partirde entonces el partido fue totalmente nuestro. La ventaja no bajo ya nunca delos diez puntos, e incluso la batalla se centró en los últimos minutos enpelear por el “average” puesto que en la primera vuelta perdimos por 19 en San Sebastián.Lo tuvimos cerca tras un triplazo de Cabezas (79 – 62) aunque al final la rentase quedó en los 14 del 81 – 67 definitivo.

El “average”era totalmente secundario. Lo relevante era que el Fuenlabrada y el FernandoMartín están de vuelta. Con solidez, con las ideas claras y con la paciencianecesaria para mantener el partido vivo hasta el momento en que encontramosnuestra inspiración ofensiva. Y el público empujando, como habitualmente,aunque estuviéramos en plenas vacaciones. El Fernando Fortín. Nuestro tesoro.

Departamentode Comunicación del Baloncesto Fuenlabrada.



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