No hubo manera ni de soñar siquiera con la victoria en la visita a la Fonteta. El Montakit Fuenlabrada salió dispuesto a intentarlo, empujado por el ánimo de los casi doscientos aficionados fuenlabreños presentes en las gradas. Y, aun yendo a remolque, los nuestros mantuvieron el pulso hasta la mitad del segundo cuarto cuando una cesta de Paco Cruz ponía el 30 – 27. Lo que vino a continuación fue la apisonadora local, que incluso a falta de algunas piezas, fue capaz de soterrar nuestras opciones con un parcial de 32 – 14 entre el minuto 15 y el 25.
No nos podemos ir por tanto con buen sabor de boca, ni tan siquiera haber ganado 20 – 33 el último periodo oculta lo lejos que estuvimos del rival. Por una parte es normal, hablamos de un equipo construido para optar a los títulos, como está demostrando en todas las competiciones, pero por otra nos queda la sensación de que no hicimos todo lo que pudimos para complicarles la existencia.
Quizá faltó un poco de tino en los primeros minutos, cuando erramos varios tiros bien trabajados muy cerca del aro, también adolecimos de mayor capacidad para agarrarnos al partido cuando el Valencia tomó velocidad de crucero. En general ellos estuvieron un segundo más rápidos, un punto más intensos, un pelo más acertados. Y de poco en poco acabaron por ganar por mucho.
Lástima no haber dado más motivos de celebración a los aficionados desplazados a Valencia. Esos doscientos se multiplicarán por muchos más el próximo domingo cuando recibamos en el Fernando Martín a las 12:30 horas el Betis Energía Plus. Un partido clave ante un rival de los que están por debajo en la clasificación. Un triunfo podría ser casi definitivo para asegurar la permanencia. Habrá que pelearlo.
Departamento de Comunicación del Montakit Fuenlabrada.
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