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El Montakit Fuenlabrada vuelve de Málaga con la decimoquinta victoria de la temporada (82 – 86) tras vencer por vez primera desde 2009 en el Martín Carpena. Supera la asignatura de competir fuera con los equipos grandes. Quintos clasificados, a un triunfo del segundo tras 23 jornadas de Liga Endesa.



18 de marzo de 2018
Creer para ver

Este Montakit Fuenlabrada está desmontando clichés, destrozando pronósticos y alcanzando cotas nunca antes vistas por estos lares. Por eso no es de extrañar que también voltee dichos: aquí no impera el ver para creer, este equipo funciona al revés. Primero lo cree y luego hace que todos lo veamos.

La confianza desmesurada solo sirve para auto engañarte si no tiene detrás una base sólida de talento y trabajo. Pero si lo acompañas de ambos ingredientes, entonces confiar en tus propias posibilidades puede resultar un trampolín de valiosísimo impulso. Cuando escuchamos a Néstor García y el resto del equipo decir que cabía la posibilidad de jugar de tú a tú y ganar en las pistas de los más grandes no acabábamos de creérnoslo. Los precedentes no animaban mucho a ello. Pero resulta que de puertas hacia dentro del vestuario sí que lo hacían. Creían en ello, entrenaron para lograrlo y lo demostraron en el parqué.

El partido de hoy en Málaga ha sido uno de los más completos de los nuestros. No puede ser de otra forma si lo que se pretendía era derrotar a un euroligo en su domicilio. Desde el inicio tomamos el mando liderados por la inspiración de un sublime Rolands Smits que acabó el choque con 22 puntos, 5 rebotes y 2 asistencias. Solo la enorme capacidad reboteadora de los malagueños impedía que nuestras ventajas fueran más amplias, oscilantes entre los dos y los seis puntos: 19 – 24 al final del primer cuarto; 42 – 46 al descanso.

En el tercer periodo llegó el momento clave, la demostración del crecimiento del Montakit Fuenlabrada con el paso de las jornadas. Tras liderar 44 – 51 y errar un tiro liberado para poner más tierra de por medio, llegó la reacción malagueña en forma de un 15 – 0 visto y no visto. El 59 – 51 del minuto 25 amenazaba con tirar por tierra todo el buen baloncesto demostrado hasta entonces. Pero igual que recibimos el tortazo lo devolvimos, de nuevo con Smits de estilete anotando y asistiendo para reequilibrar la balanza. 61 – 60, minuto 28.

Estaba claro que nos encaminábamos a uno de esos finales de resolución incierta en los que tan bien nos desenvolvemos. Pero si había que jugarse los cuartos en las distancias cortas, mejor hacerlo con ventaja, aunque fuera chiquita. Así que ya entrados en el cuarto periodo el Montakit Fuenlabrada retomó la delantera con otro parcial de 0 – 10 que nos puso 66 – 72 a falta de poco más de cinco minutos para la conclusión tras triple de un Christian Eyenga que también rayó a gran altura.

El resto fue otra exhibición de cómo desenvolverse con personalidad e ideas claras en los minutos calientes del partido. Conteniendo en defensa y con seguridad infinita en los tiros libres, 10/10 en los últimos cinco minutos con la firma de cuatro jugadores distintos, lo cual no quita, por cierto, para que de nuevo hayamos visto cómo el rival ha lanzado mucho más desde la línea de personal que nosotros (25 – 16).

La piña del Montakit Fuenlabrada celebrando la victoria es la prueba de que este equipo sabía que llevaba dentro una victoria como esta. Confiaban en ello y lo hicieron. Este equipo es así.

Departamento de Comunicación del Montakit Fuenlabrada.

Imagen: ACBPhoto – M. Pozo.




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