Hay unas cuantas cifras difíciles de entender pero que a la vez explican lo sucedido hoy en el pabellón Olímpico de Badalona, luego las desmenuzamos. Sin embargo, lo que realmente explica nuestro partido y el juego de nuestro equipo es el sentir de los aficionados y ese “Fuenla, te amodio” que hemos tomado, con permiso, de una red social de uno de nuestros seguidores.
Porque la primera parte de los nuestros ha sido odiosa. La segunda, primorosa. Tanto extremismo ha terminado por descolocar hasta a nuestro rival, tan es así que la Penya no ha tenido capacidad de reacción en el tramo final y hemos terminado celebrando el triunfo hasta con holgura en el último minuto.
La salida ha sido poco menos que esperpéntica. 11 – 0 en contra alcanzado el minuto 5 de juego. Copia de los males que protagonizamos el pasado miércoles contra el Nymburk. La falta de intensidad, o la tensión mal entendida, provocan fallos en el tiro y en la gestión del balón a la vez que facilitan la labor del rival en forma, por ejemplo, de faltas antideportivas.
Con el Divina Seguros Joventut por encima del 70 por ciento de acierto en tiros de dos puntos y con los nuestros dándole más vueltas a la cabeza que al balón, no es de extrañar el 42 – 24 del electrónico cerca del descanso, guarismos que curiosamente también tuvimos en contra en el partido del miércoles.
Apenas ni calentamos en el intermedio de lo extensa que fue la charla en el vestuario. El caso es que surtió efecto. Infinitamente más centrados y compartiendo mucho mejor la pelota, ordenamos nuestro ataque y encontramos la manera de anotar. Para entenderlo en cifras: 8 pérdidas en los primeros 12 minutos de juego. ¡Solo 1 en toda la segunda parte!
En defensa la mejora no fue tan radical, sino más paulatina, con especial relevancia para las alternativas en forma de defensas zonales que fueron bloqueando poco a poco el ataque verdinegro.
El Joventut fue capaz de mantener su acierto en el tiro (acabó con un 71 por ciento en tiros de dos puntos), pero en muchas ocasiones no les dejamos ni tirar. Compatibilizando que nuestra buena defensa forzó 20 pérdidas del contrincante y que nuestro ataque conservó el balón como un tesoro (sólo una recuperación del rival), se entiende la remontada.
En el minuto 28 rebajamos la desventaja de la decena (55 – 46), en el 32 nos pusimos a tiro de piedra (66 – 63), en el 34 empatamos a 70 y en el 37 nos pusimos por delante por primera vez (72 – 74) con una canasta de Popovic.
Precisamente el croata protagonizó el disgusto de la tarde con una lesión muscular poco después de esa cesta. Las pruebas médicas determinarán su alcance. Pero el Montakit Fuenlabrada estaba tan lanzado que ese contratiempo no supuso freno alguno. Más recuperaciones de balón, buenos ataques, seguridad en los tiro libres y máxima ventaja en nuestro favor para finiquitar el partido con la cuarta victoria del curso en la Liga Endesa: 78 – 88.
Nos amodiamos.
Departamento de Comunicación del Montakit Fuenlabrada
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