Somos humildes porque no necesitamos decir que lo somos.
Somos modestos porque la cercanía con nuestra gente
no depende del brillo de un trofeo para serlo.
Somos auténticos porque decíamos a la cara
lo que no nos gusta.
Pero también sabemos aplaudir para apoyar
cuando hay que hacerlo.
Algunos confunden el sur de Madrid
con el norte de Toledo.
Quisieran que fuera un insulto,
lo cierto es que más que una afrenta
es un orgullo.
Ser de Fuenla es ser de todos los pueblos.
No perdemos la identidad,
ni somos locos dementes
seducidos por las fuertes corrientes
del éxito efímero. Minicopa de comparsa,
por carnaval, no se ofendan.
Y Copa de prestadillo
con plantilla del Ramiro,
desde Italia a Puerto Rico.
Se ha vuelto internacional la sucursal de Serrano
con centros por todo el mundo cabalgando vía delfín.
Nosotros nos alegramos.
Pero no somos lo que no decimos.
Y por fin: ¡Bien que vinimos!
Con un Fernando Fortín Pintado de grandes citas
hemos visto baloncesto, nervios, defensas,
protestas, “instant replay” en la pista
con un nudo en la garganta hasta el último triple,
con falta, del “canterano” Clavell.
No se enfade el personal. Va de elogio esta entradilla.
No se me pueden quejar teniendo a Pedro en Moncloa
Y a Pepu camino de la Casa consistorial.
Además, es una maravilla
pagar el precio de entrada
disfrutando en nuestra grada
lo bueno que es A. Gentile.
aunque se enfade y nos chille.
No pasa nada, Alessandro
aquí te queremos igual.
Solo una cosa Ferrán.
¿Qué precio tiene el muchacho?
Si hay que hacer una colecta
no hay problema, me disfrazo.
Enorme su recital.
Buen debut del base Rowland
que pone de manifiesto
que la edad no es un problema
en esto del baloncesto
cuando se sabe jugar.
¿Queremos ver más ejemplos?
El sábado tuvimos más:
Eyenga vino a la cita, llegó en el segundo tiempo.
Valoramos a esta hora poder subirle los aros
para no abusar de ellos.
¿Y qué decir de O’Leary?
Siempre está, siempre suma.
Por fuera o en la pintura
esforzado caballero de acrobáticas figuras.
Pudimos ganar holgado. Llevarnos el average.
Pero somos generosos, compañeros dadivosos
que no deseamos el mal
a los chicos del colegio. Al contrario,
siempre les recibimos con alegría en la “aldea”
modesta pero guerrera
desde el fin hasta el principio. |