Cien segundos restaban para el final. Parecía que nos disponíamos a recoger los frutos de un magnífico trabajo realizado en los 2300 segundos anteriores. Ganábamos 71 – 80 y las sensaciones eran más que positivas. Pero un par de errores propios y multitud de aciertos rivales nos complicaron el partido hasta el extremo de ir a la prórroga. Y vaya mérito levantarnos del tal golpe para acabar ganando en los 300 segundos del tiempo extra un partido de esos que dignifican a la ACB, un encuentro de los que explican a las claras los motivos por los que la Liga Endesa es la mejor liga nacional del mundo tras la NBA.
Dos equipos que no aparecen en quiniela alguna para optar a los títulos hicieron un baloncesto brillante, con un discurrir del juego emocionante a la par que repleto de riquezas tácticas. Y eso que solo andamos por la segunda jornada de competición. Hay mucho crecimiento por delante en lo individual y en lo colectivo.
Por ejemplo, seguro que el cuerpo técnico andará ya dándole vueltas a cómo reducir las 23 pérdidas de balón que sufrimos hoy. Si bien se compensaron con creces merced a nuestra abrumadora superioridad reboteadora (23 por 45).
La igualdad en el marcador estuvo siempre presente hasta que alcanzamos el minuto 33 de juego. Entonces, un parcial de 0-8 en un par de minutos rematado por el omnipresente Ian O’Leary nos disparó hasta el 64 – 72. Incluso alcanzamos la máxima renta a tan solo 2:24 del final (68 – 78).
Viéndolo todo perdido el Morabanc Andorra apostó al todo o nada y acertó. Tiros rápidos bien defendidos que se convertían en puntos, defensas arriesgadas que nos sacaban un tanto de nuestros esquemas. Y el apretón del público. A la prórroga.
Allí el Montakit Fuenlabrada dio una exhibición de carácter. Aún anduvimos un par de minutos aturdidos que nos pusieron por debajo (89 – 85). Pero restaban tres minutos, tiempo suficiente para rehacernos: 89 – 90 a 1:39 para el final; e incluso para volver a tener el partido en la mano: 91 – 92 y dos tiros libres a favor con tan solo 9 segundo por jugarse.
Solo anotamos uno y a continuación los andorranos sumaron un triple para colocar el 94 – 93 a 4 segundos para la conclusión. Tiempo muerto de Che García. Pizarra. Saque de banda de Eyenga. A Popovic no le dejan recibir con un dos contra uno, pero sí lo hace Paco Cruz en el poste medio tras recibir un bloqueo de O`Leary. Finta un pase a la esquina, da un bote hacia el centro de la zona, finta el tiro, hace volar a su defensor, da el paso de ganancia y deja el tiro suave, suave que entra limpio. Todo como a cámara lenta, como si cuatro segundos dieran para un baile completo. Era el último segundo, era la victoria.
Nos reafirmamos en que la ilusión que vive la afición del Montakit Fuenlabrada tiene fundamento. Hoy además de muy buen baloncesto supimos tener sangre fría y corazón caliente para ganar, por dos veces, el partido en Andorra. Nos ponemos 2-0. No podía empezar mejor nuestra temporada 20 en la ACB.
Departamento de Comunicación del Montakit Fuenlabrada.
Imagen de ACBPhoto A. Martín. |