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El Baloncesto Fuenlabrada gana 77 – 71 al HLA Alicante en un partido de gran intensidad en la cancha y conexión creciente con la grada. Es el cuarto triunfo consecutivo en el Fernando Martín.



07 de abril de 2024
Ese pabellón, esa defensa, esa victoria

Bofetada va, bofetada viene. Parcial va, parcial viene. Y ambos equipos de pie hasta el último minuto, respondiéndose a cada arremetida del rival, superando las adversidades a base de incrementar la intensidad en defensa. Partido recio, partido noble, “partido de play-off” en palabras de Antonio Pérez, el entrenador visitante. Nosotros contábamos con una bola extra, la afición fuenlabreña que empujó de principio a fin y jugó junto a sus jugadores, disfrutando con la entrega que veía del equipo sobre el parqué; alimentándose mutuamente para acabar celebrando juntos la cuarta victoria consecutiva en el Fernando Martín.

Que el partido sería un campo de minas quedó claro desde el instante inicial. Los dos primeros obstáculos a superar fueron la temprana marcha de Garino al banco (dos faltas en menos de dos minutos) y nuestro desacierto en el triple que contrastaba con el buen tino del rival. 11 – 20 cuando se jugaba el minuto 7 de partido.

El tiempo muerto de Toni Ten surtió inmediato efecto. Primero para mejorar las prestaciones defensivas y de su mano hallar al fin el camino hacia el aro rival. Con Mateo Díaz y Edu Durán como brillantes estiletes firmamos un fulgurante parcial de 13 – 0 que equilibraba el marcador y hacía subir la temperatura en el pabellón.

Esta fue una de las características del choque: los vaivenes en forma de parciales hacia uno y otro lado y la eficaz respuesta desde los banquillos con sus respectivos tiempos muertos. Nuestra rémora en el segundo cuarto estuvo en un puñado de pérdidas de balón perfectamente evitables a poco que hubiéramos estado más clarividentes en ataque. La parte buena era que teníamos el sostén permanente de una defensa férrea que cometió pocos errores e incomodó siempre al rival. Todo por decidir al descanso con el 41 – 39.

La dinámica se mantuvo tras la reanudación. Golpearon primero los alicantinos con auténticos canastones que los dispararon al 44 – 51 (minuto 24). Renglón seguido llegó nuestro turno, elevando aún más el tono defensivo y bregando en cada ataque y por cada rebote hasta ir sumando para un parcial de 12 – 0 que nos devolvía la delantera con el 56 – 51 del minuto 28. Jorge Bilbao estaba en su salsa y el pabellón seguía su estela preparándose para lo que estaba por llegar en el tramo final.

Ya metidos en el último cuarto, la defensa nos mantuvo vivos durante los minutos de sequía anotadora provocada en parte por la buena defensa alicantina y en parte por fallar tiros en buena posición. El gota a gota de los puntos cada vez nos dejaba más sedientos. Cada canasta era una agonía y Gudmundsson había puesto un peligrosísimo 64 – 69 alcanzado ya el minuto 36. Pero nuestra defensa confió y la hinchada empujó.

Un robo y la consiguiente canasta al contraataque de Garino fue el punto de inflexión que detonó el golpe definitivo al partido. En la retina de todos quedan los tres triples consecutivos firmados por Bellas y McGrew, encontrándose en una sociedad letal en los momentos decisivos del partido. Pero la base sólida del éxito estuvo en la defensa del sexteto en pista, los cinco vestidos de corto y el jugador extra que bajaba de la grada al parqué con su aliento en cada acción defensiva. El dato: el HLA Alicante no anotó ni una sola canasta en juego en los últimos cinco minutos. Solo sumaron con un par de tiros libres.

Así se pasó del 64 – 69 al definitivo 77 – 71. Así se alcanzó la cuarta victoria en casa que dio lugar a una celebración plena de satisfacción y comunión entre aficionados y jugadores. Así anotamos nuestro undécimo triunfo que nos abre la puerta hacia la ilusión. Esta próxima semana con doble partido nos dirá si esa ilusión tiene vías de desarrollo o no.

Departamento de Comunicación del Baloncesto Fuenlabrada.  

Foto de Álex Ferrer.




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