Podríamos hablar aquí de los muchísimos rebotes que el Betis capturó más que nosotros en el partido definitivo. 22 por 34. Uno de los factores que explican nuestra derrota en la final.
O podríamos hablar de nuestra inmensa defensa en los minutos finales contra el Palencia y que acabó dándonos el triunfo en la semifinal.
Pero preferimos quedarnos con todo lo que vivimos en la Caja Mágica, tanto en la grada como en la pista, y que no es solo baloncesto, pero que sí se vehicula a través del baloncesto. Con las alegrías por cada canasta, las frustraciones tras cada fallo, los gritos de protesta o júbilo, los saludos en los reencuentros. Y el orgullo del FuenlADN que tanto ha sobresalido en este fin de semana.
Un fin de semana que a su vez es la extensión de toda la temporada.
No, no ganamos la final. No fuimos campeones. Por segunda vez en poco más de un mes aplaudimos desde la cancha a un rival que celebraba el ascenso a la ACB. Pero hemos ganado otras muchas cosas tales como identificación, orgullo, sentimiento de pertenencia, satisfacción por el trabajo bien hecho. Tantas cosas que en nuestra memoria la 2024/2025 quedará como un auténtico temporadón.
Departamento de Comunicación del Flexicar Fuenlabrada.
Foto de Alba Pacheco. |