Conla vuelta a Fuenlabrada, y al resto de localidades de origen de los asistentes,pusimos fin a una intensa semana de actividad en tierras salmantinas. El CampusdeVerano Baloncesto Fuenlabrada -Dehesa de Prim, que en esta edición tomó Ciudad Rodrigo como base, arrancó elpasado día 14 con cerca de medio centenar de participantes entre 11 y 18 añosprocedentes no sólo de Fuenlabrada, sino de distintos parajes de la geografíaespañola: Guadalajara, Cataluña, Cantabria, Almería, Cáceres, Madrid. Sietedías para dar un paso adelante baloncestísticamente hablando, mientras disfrutabanen un entorno histórico como lo es la popular localidad castellanoleonesa.Siete días para no parar: "¿Levantarnos?A las 8:30 horas. A las nueve desayunábamos, a las diez menos cuartomarchábamos al pabellón, de 10 a 13 horas entrenamos (calentamiento, estacionespara trabajar técnica individual, sesión de táctica colectiva) y luegocompetición (1x1, 3x3, 2ball). Por las tardes, de 17 a 20 horas, más de lomismo, cambiando la competición, excepto dos días que dimos de descanso yfuimos a la piscina. Por la noche, vuelta a la residencia ducharse, cenar y darcomienzo a las actividades nocturnas a las once: gymkhana, "Furor",concierto folclore regional, "La Guerra de las Galaxias" (cada grupode trabajo era una constelación y tenía que conseguir superar unas pruebas), yla gran fiesta fin de curso. Además, el sábado tuvimos jornada de puertasabiertas y vinieron unos veinte padres y madres que pasaron el día connosotros, vieron el entreno de la mañana y la competición de habilidad paraluego comer todos juntos una paella, dando paso al all-star y el resto de competicionesde la tarde" según explica el entrenador responsable del Campus,Felipe Cendrero. Alser un campus abierto a chicos y chicas con o sin conocimientos previos debaloncesto y con un rango de edad tan amplio, la buena organización desde laprimera jornada es fundamental para el progreso de todos los jugadores: "Esperaba un nivel inicial más flojillo. Hemostenido dos grupos de mayores que llevan muchos años jugando y venían conalgunos malos hábitos instalados, pero hicieron un buen grupo para entrenar. Nosha sorprendido el progreso de los chavales en una semana, incluso los máspequeños que venían sin haber jugado o habiendo jugado poquito han absorbidomucho durante los entrenos y al final de semana se les ha visto una gran mejora". Perono sería un verdadero Campus sin alguna que otra sorpresa, y esa fue la que dioel jugador del Baloncesto Fuenlabrada Javi Vega pasándose a visitar a loschavales: "Le presentamos cuandollegó, hablamos de su etapa en la cantera del Club desde alevín, su paso por laselección española, de sus años como profesional, le preguntaron curiosidades,nos hicimos unas fotos y luego nos pusimos manos a la obra con el trabajodiario con la peculiaridad de tener a Javi en las estaciones ayudando y corrigiendo. Los chicos quedaron contentísimospor la visita, con sus fotos y sus autógrafos". Preguntadopor alguna anécdota que se lleve a casa de esta edición del Campus de VeranoBaloncesto Fuenlabrada - Dehesa de Prim, Felipe Cendrero confiesa que "más que anécdotas, me ha sorprendidoel trabajo de algunos chicos que venían sin mucha idea y a finales de semana seles podía llamar jugadores, habían absorbido un montón. Sus ganas de trabajar,de escuchar y de aprender respetando el trabajo del entrenador, eso es con loque me quedo". Ycon lo que nos hemos quedado tanto participantes como organizadores del Campuspara empezar a trabajar ¡desde ya! en el próximo curso. Departamentode comunicación del Club Baloncesto Fuenlabrada.
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