Era un día para haber dado un giro a la dinámica de latemporada, para dar continuidad al juego mostrado en el derbi de la anteriorjornada, para competir cara a cara en la pista del Cai, para luchar por untriunfo que se resiste desde hace mucho tiempo fuera de casa y que nos habríasupuesto un avance de dos posiciones en la tabla, pero sobre todo una mejoríacualitativa enorme. No lo hicimos. Sólo durante 15, quizá 18 minutos, el MontakitFuenlabrada estuvo al nivel necesario. Pero incluso en ese tiempo ya se vio unode los boquetes por los que se nos iría el partido, el rebote defensivo. Nuestrasbuenas defensas se veían penalizadas por la superioridad zaragozana a la horade hacerse con el rechace gracias a un mayor deseo de los hombres de rojo. El otro boquete fue la intermitencia. Ante un equipo hambrientopor congraciarse con su parroquia como era ayer el Cai no te puedes permitir niuna desconexión. Pero la tuvimos. Pongamos que duró cinco minutos. Lo suficientepara recibir un parcial de 17 – 2 entre el minuto 18 y el 22 que dejó elpartido resuelto: 55 – 35. Llama la atención que el descanso no nos sirviera para volvera enchufarnos y que la brecha se abriera a caballo entre la primera y lasegunda parte. De ahí en adelante el partido se limitó a un ir y venir sin quela distancia aumentara ni se redujera, instalada alrededor de la veintena. Sólomuy al final, a tres minutos de la conclusión nos acercamos (78 – 66), pero nofuimos más allá y el choque concluyó con placidez para los locales. El equipo se retiró sabedor de la ocasión desperdiciada yaplaudiendo al centenar de aficionados que animó en las gradas del PríncipeFelipe. Ellos fueron lo mejor de la mañana. Capítulo cerrado el zaragozano y apensar en el siguiente, el choque que nos enfrentará al Sevilla el próximosábado a las 19:30 horas en el Fernando Martín. Rival directo. Emocionesfuertes el sábado en el pabellón. Departamento de Comunicación del Montakit Fuenlabrada. Imagen: Akindele lanza a canasta (ACBPhoto/ R. Comet) |