En otro contexto, con otro balance de victorias y derrotas,dominar muchos minutos en casa de un equipo del Top 16 de la Euroliga y estarmuy cerca de vencer sería reconfortante. Pero no es el caso. La penúltimaposición de la tabla no permite alegrías si no vienen acompañadas de victorias.Por eso el enorme fastidio que ahora tenemos los aficionados del MontakitFuenlabrada que hemos visto cómo se nos ha escapado un partido en el que casisiempre fuimos superiores.

Los nuestros plantearon bien un choque en el que el rivaltambién se jugaba las habichuelas puesto que tiene complicado el pase para laCopa del Rey. Tras un inicio titubeante en la ofensiva de ambos equipos, fuimosnosotros quienes antes nos entonamos haciendo valer una buena actividaddefensiva y los primeros aciertos en el tiro (9 – 16).

La respuesta local fue inmediata y rotunda, castigando desdecerca de nuestro aro habida cuenta de su inoperancia con el tiro exterior. Así,un parcial de 15 – 1 amenazaba con dejar en poca cosa nuestro buen arranque,tal y como sucedió hace quince días en Málaga.

Pero no iba a ser así. Este Montakit Fuenlabrada estácreciendo y con los primeros puntos del debutante Burtt más el martillo pilónde Panko recobramos la energía y devolvimos la afrenta con una similar: 0 – 12 yde nuevo por delante (24 – 29).

La buena dinámica se acentuó con las rotaciones, con losmejores minutos de Akindele y con el acierto final de un triple de Javi Vegaque nos mandaba al descanso con la ventaja de 28 – 37.

Esa renta, sustancial en otros lugares, no lo es tanto enuna pista como la visitada hoy, con un rival de esta entidad, tan necesitado dela victoria como el Laboral Kutxa. Además cometimos el gran pecado de no aprovecharnuestro buen empeño defensivo en el arranque del tercer periodo. Casi tresminutos tardaron en anotar los locales, un tiempo en el que nosotros apenas nosllevamos un par de puntos a la boca. Sequía que se prolongaría aún más (34 –39) hasta que Panko reencontró el camino al aro.

La incapacidad para frenar al estadounidense hizo que loslocales perdieran los nervios y recibieran una técnica que sumada a una granacción de Burtt nos lanzó en el marcador para fijar la máxima ventaja delpartido: 36 – 49, minuto 27.

Sabido es que este tipo de contingencias suele espolear ajugadores y afición. Así ocurrió. El Baskonia se revolvió y nos endosó 14puntos en los tres minutos siguientes. El partido encaró los diez minutosfinales con todo por decidir: 50 – 54.

Ese último cuarto fue un continuo tira y afloja. Nuestra buenasalida (50 – 58), era contrarrestada de inmediato (55 – 58), para a continuaciónpegar un nuevo estirón. Llegamos así al minuto 35 con 57 – 64 para un MontakitFuenlabrada que se estaba mostrando sólido y capaz de llevarse el triunfo deVitoria.

Pero faltaba la resolución. De repente los locales empezarona encadenar un triple tras otro a la misma velocidad que los árbitros señalabanfaltas personales a Andy Panko. Pum, pi, pum. pi, pum, pi… Visto y no visto, 8 –0 de parcial y Andy eliminado por faltas. ¡Y todo en menos de tres minutos!  

El panorama viró 180 grados. Nuestra estabilidad se difuminóal perder repentinamente al jugador referencia, el Laboral Kutxa cambió sumuñeca de madera por otra de seda y embocó todos los triples que hasta entonceshabía errado.

Aun así, con empate a 68 y a falta de poco más de dosminutos para el final tuvimos balón para ponernos por arriba, lo perdimos y acontinuación Heurtel, el más resolutivo de los locales, sumó seis puntosconsecutivos que finiquitaron la suerte del encuentro. El 77 – 71 final nosdeja mal cuerpo y con dos victorias en la clasificación. El próximo sábado(19:30 horas) y en casa lucharemos por sumar la tercera ante La Bruixa D’OrManresa.

Departamento de Comunicación del Montakit Fuenlabrada.