Qué rabia da comprobar que el Fuenlabrada tenía dentro muchomás baloncesto de lo que expuso anoche durante dos tercios del encuentro. Eljuego y la garra de los últimos 12 ó 13 minutos demostraron que con unaactuación completa, de principio a fin, bien se podría haber quedado lavictoria en casa ¡pero llegamos tan tarde al partido que hasta haber logrado laremontada habría sido injusto!

Todos conocemos la duda en torno a si el huevo precedió a lagallina o al revés, del mismo modo no tenemos claro si ayer no defendimos encondiciones abatidos por fallar un tiro tras otro o si no metíamos porquenuestra defensa nunca nos daba opciones de contraatacar con ventaja. El caso esque durante el primer cuarto el Cajasol campó a sus anchas por el FernandoMartín y cimentó en esos minutos una renta amplia con la que se supo manejardurante gran parte del partido (7 – 23 al concluir el primer periodo).

Después el choque entró en un intercambio de canastas en elque los sevillanos parecían sentirse cómodos, pero que nos permitió tomarle unpoco el pulso al partido. Así amenazamos con una primera reacción (25 – 36,minuto 19) que fue rápidamente sofocada por Satoransky y compañía.  

La salida de vestuarios tras el descanso no fue muy alentadorapara nuestros intereses y el Cajasol lo aprovechó para alzarse con la máximaventaja gracias al 37 – 57 que reflejaba el marcador a poco más de tres minutosde que concluyera el tercer periodo.

Entonces, cuando parecía que nuestra penitencia seextendería hasta el bocinazo final, nos rebelamos. Conseguimos revolucionar elpartido a base de mayor intensidad defensiva, cierta consistencia en el rebotey apuestas arriesgadas pero a la vez acertadas (¡¡¡al fin!!!) en el ataque. Tantonos revolucionamos que nos pasamos de frenada en el primer arreón y nosprecipitamos en varias acciones consecutivas una vez que habíamos hecho lo másdifícil. Con 63 – 68 y más de cinco minutos por jugarse quisimos correr más dela cuenta y posibilitamos una nueva escapada sevillana (65 – 75, minuto 37).

Tuvo un enrome mérito no rendirse en ese instante y forzarhasta tener de nuevo opciones reales de voltear el marcador. ¡Bien cerca queestuvimos! Con 75 – 77 y ya en el último minuto los árbitros pitaron una faltadiscutida. Bamforth anotó el primero, falló el segundo y el rebote fue para elCajasol, que volvió a fallar y volvió a rebotear en ataque para sentenciar acontinuación con un triple del propio Bamforth. Ahí, en esos dos rebotesofensivos se frenó nuestra increíble remontada y se esfumaron las opciones devictoria.

No fue raro perder, lo extraño habría sido ganar después dehaber llegado tan tarde al partido. Tiene mérito la reacción final, pero en elánimo de todos queda el enfado por haber desperdiciado dos tercios del partidoy con ellos la posibilidad de haber sumado un triunfo que nos habría dado muchatranquilidad para el futuro. A redimirse toca el próximo domingo, también encasa, y ante un rival de mayor enjundia como el Cai Zaragoza. Será a las 12:15horas. Ajustemos los relojes para llegar puntuales.

Departamento de Comunicación del Baloncesto Fuenlabrada.