Está visto que no hay final plácido y sin emociones fuertesen el Fernando Martín. Ni tener 17 puntos de ventaja ya en el último cuarto noslo garantiza. Pero tampoco nos importa. Mientras que la victoria se quede encasa, el equipo demuestre esa entrega y la comunión entre jugadores y aficiónsea tan intensa como estamos viviendo, hasta agradecemos esa pizca (o puñado)de picante que ponen los finales igualados.

“Poco a poco vamos soltando las riendas a los jugadores”explicó hace ya semanas Jota Cuspinera y a fe que cada vez están más sueltas. Tantoque el Montakit Fuenlabrada en ocasiones se desboca hasta desarbolar pormomentos al rival. Así hizo frente al Dominion Bilbao dos jornadas atrás y asíha hecho contra el Río natura Monbus.

Tras un inicio dubitativo (0 – 7) y una primera parte queparecía que dejaría todo por decidir de cara a la segunda (38 – 40, minuto 17),el Montakit Fuenlabrada se ha desatado con un parcial de 11 – 0 y ha puesto elpartido en franquicia (49 – 40).

Los 54 puntos de nuestro equipo al descanso dejabanconstancia numérica de un juego dinámico, veloz, atinado, brillante, colectivo,de los que levantan al público de sus asientos. ¡¡22 puntos del minuto 15 al20!!

Pero enfrente el rival también exhibía talento,especialmente a través de Waczynski, de tal modo que mediado el tercer periodoel choque volvía a equilibrarse (60 – 55). Llegó entonces “el momento Paunic”.El alero serbio se siente en su salsa esta temporada por eso es capaz de firmarjugadas pletóricas, plenas de explosividad física, pillería, garra y técnica. Sietepuntos suyos y la energía electrizante que transmitía en cada accióncontagiaron a todo el pabellón para volver a abrir brecha (72 – 59, minuto 28).

Poco después una espectacular jugada de Rolands Smits poníaen pie al público con un enrome mate a dos manos tras dejar atrás al defensorpor línea de fondo. También ponía la máxima renta a la vez que finiquitaba eltercer periodo con el 76 – 62.

Todo siguió fluyendo aún un poco más y un triple de Urtasuntras asistencia, cómo no, de Paunic parecía sentenciar el choque al inicio delúltimo cuarto y presagiaba final feliz (79 – 62). Naranjas de la china. Primerodejamos de progresar en ataque, pero al menos manteníamos a raya al Obradoiropara respirar con tranquilidad alcanzado ya el minuto 35 (81 – 66).

Sin embargo pronto pasamos de la tranquilidad a lataquicardia pues nuestro desatino ofensivo pareció extenderse a la parceladefensiva. El 82 – 75 del minuto 36 ponía en entredicho una victoria que apenasun parpadeo antes parecía segura.

Otra cesta de Paunic amagó con sentenciar el partido pues colocaba el 84 – 76 a dos minutos de la conclusión. Empero no se iba aentregar tan fácilmente el cuadro gallego, bien al contrario fue capaz dehacernos dudar en el juego y poner nervioso al Montakit Fuenlabrada en el tramofinal.

Con 85 – 83 un embolicado ataque fuenlabreño halló unmaravilloso haz de luz en forma de asistencia de Popovic posibilitada por uninteligente y oportuno corte de Tabu por la espalda de su defensor (87 – 83). Yaunque una torpe falta de Paunic en uno de sus poquísimos errores durante elpartido dio un último motivo de esperanza a los visitantes, la victoria teníaya dueño, el Montakit Fuenlabrada.

Cinco puntos de renta final (90 – 85) para la quintavictoria de la campaña. El martes a por la sexta. Será de nuevo en casa (20:45horas) donde viviremos un tremendo derbi ante el Movistar Estudiantes. Pero esaserá otra historia, de momento saboreemos la de esta gran noche de sábado.

Departamento de Comunicación del Montakit Fuenlabrada.  

Foto de Amador Vicente