Una sinfonía afinadísima, interpretada con protagonismo coral por unos chicos que se divertían en pista al tiempo que hacían disfrutar a quienes presenciamos su interpretación. Ha costado, pero el tramo final del curso nos ha ofrecido una versión fantástica del Urbas Fuenlabrada que nos ha sonado a música celestial, con Raventós en el papel del profesor Clément Mathieu.
Los métodos de nuestro entrenador para el progreso de los chicos distan mucho de los empleados en el celebrado filme francés, pero el resultado final es igualmente satisfactorio. Energía en defensa, con cambios múltiples en la asignación de los pares para no conceder ventajas al rival en bloqueos y cortes al aro. Y una vez forzado el error y asegurado el rebote, a correr.
El alto ritmo de juego y la inspiración de cara al aro propiciaron un arrebatador 20 – 11 en poco más de cinco minutos de juego. La proyección en anotación era brutal. Obviamente, no pudimos mantener ese progreso aritmético, pero el control del partido estuvo siempre en nuestras manos gracias a que los doce jugadores que salieron a la pista mantuvieron un nivel entre bueno y sobresaliente.
Un parcial de 18 – 4 entre el minuto 11 y el 16 nos catapultó en el marcador (43 – 26). De ahí en adelante nuestra ventaja casi nunca bajó de la decena. El triunfo no peligró en ningún momento. Y no porque el Coosur Real Betis se dejara llevar, sino porque la intensidad del Urbas Fuenlabrada siempre estuvo un peldaño por encima, y con ella también el acierto y el buen criterio a la hora de mover la pelota.
Las 23 asistencias que repartimos, con especial mención a las 9 de Novak y las 7 de Samar, propiciaron que todos los jugadores entraran en juego. Así, Eyenga, Cheatham, Emegano, Meindl y Diallo anotaron por encima de los 10 puntos.
Si en Bilbao fue Alexander quien sobresalió, anoche no fue necesario que él brillara para que el equipo se mostrara superior al rival. Tampoco estuvo brillante Trimble, aunque sí se empleó bien en defensa y lo intentó en ataque. Da rabia ver que tras el covid no ha podido recuperar aún el nivel físico anterior, aun así anotó dos triplazos para desbaratar los intentos de defensa en zona de los béticos.
Y entre los chicos del coro también se escucharon las voces de los chicos más noveles. Con sus compañeros del equipo EBA ubicados junto a la pista recibiendo el reconocimiento por su gran temporada, Rodijs Macoha y Bassala Bagayoko salieron a jugar ya en el primer cuarto, con el partido totalmente por decidir. Y también lo hicieron en el último, tiempo suficiente para firmar las dos últimas canastas del equipo, las que nos hacían pasar de nuevo de la centena hasta colocar el definitivo 101 – 77.
Restan dos entrenamientos y un partido para finiquitar la temporada del Urbas Fuenlabrada. Hoy los chicos volverán a verse las caras para ensayar. Esperamos también estar afinados en la última actuación del sábado en Valencia. Será a las 20:00 horas. ¡Y habrá público en directo en el pabellón para ver nuestra actuación!
Departamento de Comunicación del Urbas Fuenlabrada.
Foto de Alba Pacheco. |