No tuvimos la brillantez ni la solidez suficientes para derrotar al Barça. Hace falta mucho de ambas cosas para ganarle al actual líder de la Euroliga. Pero sí que mostramos energía, intensidad y una buena preparación de partido para hacerle frente y poner en duda el nombre del ganador hasta los cinco minutos finales.
Porque quien no viera el choque ha de saber que mediado el último cuarto el marcador mostraba un esperanzador 57 – 62 con el Urbas Fuenlabrada yendo a más y el Barça sintiéndose incómodo en el parqué. Cierto es que a continuación llegó el puñetazo definitivo de los azulgranas que nos impidió llegar a un final de cara o cruz. Su victoria resulta incontestable.
Pero hasta llegar a ella se vivió un partido con mucho que contar. Así hubo una primera parte igualadísima en la que empezaron mandando los ataques, especialmente inspirados nuestros jugadores en el juego de bloqueo directo desde el cual sacábamos buenas ventajas. A consecuencia de ello tanto Alexander como Ristic eran nuestras puntas de lanza en anotación. Lástima que no anduviéramos tan finos con el tiro exterior, porque la doble amenaza interior y exterior habría dificultado mucho más la labor defensiva de los visitantes.
Tras el 22 – 20 con que concluimos ganando el primer cuarto, vimos cómo la brillantez ofensiva pasaba a ser superada por la intensidad en defensa a ambos lados de la pista. Ahora era un partido de duros contactos, donde resultaba complejo circular el balón. Los jugadores del Barça se habían dado cuenta de que había mucho trabajo por hacer para ganar en el Fernando Martín.
La igualdad seguía siendo la tónica, con los puntos cayendo a cuentagotas, tan es así que nos plantamos en el minuto 18 con empate a 29. Y ahí llegó un primer punto de inflexión en el partido, dividido en dos entregas justo antes y justo después del descanso con tres triples casi consecutivos de los barcelonistas. El caso es que del empate pasamos al 31 – 42 apenas tres minutos después.
Reaccionamos, pero el escenario había cambiado. El tú a tú en el juego venía acompañado ahora por la necesidad de remontada fuenlabreña. La buena defensa del Barça nos impedía concatenar ataques exitosos, pero pasito a pasito recortamos desventaja (47 – 53, minuto 28). Si los visitantes pensaban que ya tenían el partido ganado, el Urbas Fuenlabrada les dejó claro que no era así.
El inicio del último cuarto incrementó la esperanza de una afición que veía a los suyos luchar cara a cara con el que hoy día es el mejor equipo de Europa. Una nueva cesta de Ristic ponía el 57 – 62. A continuación el pabellón apretaba acompañando una buena defensa fuenlabreña, pero Jokubaitis respondía con una canasta de mucho mérito en los últimos segundos de la posesión. A ello añadimos un par de ataques desperdiciados y el Barça aprovechó el momento para reabrir diferencias. Y sentenciar.
Sin duda el triunfo azulgrana es más que justo, pero el 69 – 86 final es exagerado. Era muy muy difícil ganar al Barça (en 51 partidos oficiales les hemos ganado 3), pero el fastidio no te lo quita nadie tras una derrota. Nos queda la satisfacción de que el Urbas Fuenlabrada dio lo que tuvo sobre la pista. Ahora afrontamos diez días de trabajo para mejorar lo necesario y sumar la victoria en la próxima cita: sábado 19 de marzo a las 18:00 horas en el Fernando Martín contra el UCAM Murcia. Y mientras tanto… ¡feliz día de la tortilla!
Departamento de Comunicación del Urbas Fuenlabrada.
Foto de Alba Pacheco. |