¡Vaya emociones fuertes que nos esperan de aquí al final de la Liga Endesa! Somos siete los equipos involucrados en la zona caliente de la clasificación con el objetivo de asegurar la permanencia en la categoría. Si jugamos los diez partidos restantes con el carácter puesto ayer sobre el parqué, tendremos mucho ganado.
El carácter para no rehuir el choque, el carácter para no esconderse de cara al aro, el carácter para superar las arremetidas en el marcador del rival y, sobre todo, el carácter para dar varios pasos adelante cuando peor pintan las cosas en el momento decisivo del partido. Todo ello hizo ayer el Urbas Fuenlabrada.
Y lo hicimos ante un contrincante que está firmando un temporadón y que salió a comerse el mundo: 0 – 8 en poco más de 60 segundos. Tiempo muerto de Josep María Raventós. ¡Vaya manera de empezar! Pero lo corregimos rápido. Mediado el primer periodo ya habíamos empatado encontrando múltiples vías de anotación. Con el empate a 14 ya había cinco jugadores fuenlabreños con al menos una canasta en su haber.
Pero las buenas noticias no venían solo en la ofensiva, también en la faceta defensiva estábamos dominado al rival. Sujetando en el uno contra uno las grandes individualidades exteriores del Murcia y ajustando con buenas rotaciones, situaciones tácticas bien trabajadas y ejecutadas siempre con un esfuerzo extra de un compañero. Así alcanzamos por vez primera la decena de ventaja (34 – 24, minuto 15).
Sin embargo, el UCAM Murcia nos iba a exigir mucho más para sumar la victoria. Es de los equipos que busca y castiga muy bien los errores del rival. Y nosotros cometimos algunos antes de llegar al descanso al que nos fuimos con 40 – 38 en el marcador y la certidumbre de que habría que jugar a nivel sobresaliente para quedarse con el triunfo.
El tercer periodo replicó al anterior. Comenzamos mandones en los dos lados del campo. Un juego coral en el que destacaba Kyle Alexander. De sus manos salieron puntos de todos los colores. Tiros de tres, de media distancia, tiros libres, tras rebote, en alley-oop.
Un parcial de 13 – 2 parecía encarrilar el partido. Pero solo parecía porque los visitantes volvieron a encontrar la respuesta. Sus primeros triples nos hicieron focalizar más la atención en sus tiradores y ahí supieron circular el balón con más velocidad para encontrar opciones próximas al aro. De repente, los murcianos era capaces de anotar con gran fluidez y con un McFadden en racha para poner el 69 – 73 a ocho minutos del final.
Momento clave. Momento delicadísimo para el Urbas Fuenlabrada. Tras dominar el marcador casi todo el partido, nos veíamos en desventaja ante el tramo final del mismo. Y ahí nadie dio un paso atrás. Lejos de temblar, las muñecas se envalentonaron y el baloncesto de nuestro equipo comenzó a fluir en torrentes.
Incisivos en las penetraciones, dominadores en el rebote, un paso por delante del rival. El equipo se descorchó como lo hizo el mes pasado en el primer cuarto ante el Zaragoza o en el tercero frente al Baskonia. Un parcial de 11 – 0 en dos minutos nos relanzó hasta el 89 – 78. Ahora sí había que cerrar el partido, ya no había que dar lugar a una última respuesta murciana. Y ellos lo intentaron, eh. Pero nos encontraron firmes y muy, muy atinados. Un acierto alucinante, superlativo. No exageramos ni un ápice. Atención a estos dos datos:
En el último cuarto anotamos 41 puntos y establecimos así nuestro récord anotador en un solo cuarto en acb.
Y es que anotamos de dos o de tres puntos ¡en 18 ataques consecutivos! Difícil volver a ver algo así de nuevo. Hay que repetirlo para asimilarlo: 18 ataques consecutivos sumando de dos en dos o de tres en tres.
La gran celebración final entre equipo y afición estaba más que justificada. Tenemos la octava victoria en el bolsillo. Toca seguir remando, pero ahora lo hacemos con un enorme refuerzo moral. Quedan diez partidos y muchísimas emociones fuertes, empezando por el próximo domingo con el derbi ante el Madrid.
Departamento de Comunicación del Urbas Fuenlabrada.
Foto de Alba Pacheco. |