Fue un partido de desgaste. Desgaste por el juego defensivo muy físico e intenso que aplica el HLA Alicante en todos sus partidos. Desgaste porque estuvimos siempre con desventaja en el marcador y nos vimos obligados a tratar de remontar, no es fácil navegar con el viento en contra constantemente. Y desgaste, en fin, porque tras la última intentona en el esprín final tuvimos balón para haber ganado el partido. No acertamos. Y una derrota así también desgasta.

En el inicio de cada uno de los cuatro periodos los alicantinos tomaron ventaja. En el arranque del partido porque nos anotaban con demasiada facilidad. Hasta 20 puntos metieron en apenas seis minutos (20-11). El tiempo muerto de Toni Ten sirvió para reconstruir nuestra defensa, con zonas alternativas y con ello apretamos el electrónico hasta el 26-24 con que concluyó el primer cuarto.

Y empezamos el segundo cuarto. Ahora el problema no estuvo en defensa, sino en ataque. Seis pérdidas de balón en cinco minutos brindaron la ocasión al rival de retomar la distancia (34 – 25, minuto 15). Y de nuevo el tiempo muerto y de nuevo el arrimón una vez que le quitamos la tapa al aro (42 – 40). Sin embargo, dos triples del Alicante en el último minuto de la primera mitad nos mandaron a los vestuarios ocho abajo (48 – 40).

Siguiendo la línea marcada, la vuelta de vestuarios trajo una mejor puesta en escena de los locales, que alcanzaban su máxima renta: 53 – 40, minuto 21. Esta vez reaccionamos antes por medio de un parcial de 0 - 7. Pero no apretamos más las clavijas y la distancia quedó estancada entre los 7 y los 10 puntos (66 – 59 acabó el tercer periodo).

Como si fuera una norma no escrita, otra vez el Alicante arrancó mejor el último cuarto. Repetimos el procedimiento del tiempo muerto para frenar la escapada (72 – 61 alcanzado el minuto 33). Tratamos de reaccionar y nos pusimos a seis puntos, pero varios aciertos locales y una antideportiva a su favor nos situaron contra las cuerdas: 79 – 66 a 4:15 de la conclusión.

Nuestro equipo tuvo arrestos para volver a remontar. Encadenamos jugadas en las que sumamos de tres en tres y el Alicante comenzó a bloquearse. Tanto, que a 1:50 del final todo era posible merced al 79 – 76 que reflejaba el marcador. Íbamos hacia arriba. Con 81 – 79 forzamos el fallo de los locales y dispusimos del último balón para ganar. Nos hicieron falta, pero erramos desde el tiro libre. Ahí se esfumó la opción de la prórroga y se confirmó nuestra derrota.

La desilusión y el cabreo están ahí por esos seis partidos perdidos de ocho disputados. Transformémoslo en ganas e ilusión para la cita de la próxima semana. Será en Oviedo el sábado a las 17:30 horas. Allí habrá un centenar de aficionados fuenlabreños. Seguro que ellos suman en esas ganas y esa ilusión que necesitamos.

Departamento de Comunicación del Baloncesto Fuenlabrada.

Foto del Lucentum Alicante.