La necesidad de ganar y las dudas que podían albergar ambos equipos iban a marcar un partido de paciencia, de mucho contacto y no excesivamente brillante. Era la previsión de Toni Ten en las horas previas al choque. Y se cumplió, excepto en el segundo cuarto, tramo en el que nuestro equipo lució mayor talento que el contrincante, hizo fluir el balón en ataque y firmó un parcial amplísimo que nos disparó a la quincena de puntos de ventaja. Y en ese parcial basamos la victoria pues la brillantez desapareció para no volver en el resto del encuentro.
El arranque fue horroroso en ataque. Apenas dos puntos alcanzado el minuto 5 de juego. La frialdad ofensiva no se contagió a la defensa, aspecto en el que estábamos más sólidos. Eso nos ayudó a mantenernos cerca en el marcador hasta que empezó a aparecer cierto acierto en el tiro. El empate a 15 al final del primer cuarto describía lo enfangado del juego.
Y llegó ese segundo periodo al que ya nos hemos referido. El del buen baloncesto. Solo apuntar un detalle más para entender ese rato de juego fructífero: controlamos el rebote defensivo, algo que nos había dañado mucho hasta entonces. Así quitamos segundas opciones al rival, pudimos jugar en transición creando más ventajas en ataque y crecimos exponencialmente en confianza, con Edu Durán y Petar Aranitovic hallando el camino al aro: diez puntos cada uno al descanso.
Tras la reanudación logramos nuestra máxima ventaja (30 – 48), pero a la vez ocurrió algo llamativo. Fallamos tres o cuatro ataques con tiros en ventaja y cerca de aro, puntos que parecían casi seguros y que nos habrían disparado aún más en el marcador. Y puede que eso mellara mucho nuestro ánimo porque acto seguido comenzamos a perder la clarividencia ofensiva. Claro que el Clavijo aumentó su intensidad defensiva, pero nos faltaron ideas más claras para volver a sumar como habíamos hecho en los minutos previos.
El partido comenzó a parecerse al del sábado pasado ante el Lleida. La ventaja del descanso se esfumaba minuto a minuto, hasta el punto de que los riojanos colocaron un peligroso 46 – 52 al poco de iniciarse el último cuarto. De ahí hasta el bocinazo final el choque fue un pulso de agarrotamientos. Porque de nuevo mandaron las necesidades que bloquean y a las que se refería Toni Ten en la previa. Tuvimos el tiento suficiente para mantener cierto colchón en el marcador y acabar venciendo un partido que se traduce en la quinta victoria del curso.
La próxima cita será el sábado 30 de diciembre a las cinco de la tarde en el Fernando Martín contra el Betis. Fuera de casa hemos sumado cuatro victorias en ocho jornadas. Pero en casa tan solo hemos ganado una de seis. El apoyo de la afición al equipo volverá a estar ahí ante los béticos. Vamos a por ello, todos deseamos acabar el año ganando en nuestro pabellón.
Departamento de Comunicación del Baloncesto Fuenlabrada.
Foto: Rioverde Clavijo. |