Coctelera de emociones con gran ambiente en el pabellón de Bintaufa. Siendo dificilísimo trasmitir esas emociones en datos, destaquemos que ha habido 17 cambios de liderato en el partido. ¡¡17!! Ese torbellino en el marcador ha correspondido además a un notable juego de ambos equipos. Podría haber ganado cualquiera y habría sido igual de merecido. Ganamos nosotros. Mejor que mejor.
La puesta en escena del Fuenla ha sido magnífica: 2 - 10. Ejercíamos un control defensivo férreo y un ataque que pivotaba en torno a Tanner McGrew, solidísimo de principio a fin en el encuentro. Precisamente los pívots eran los protagonistas principales del choque. Con Garino secando a Hannah y muchos recursos locales empeñados en frenar a Swing, eran los jugadores interiores los que destacaban.
Poco a poco el Menorca llevó el partido a su terreno, un cinco contra cinco donde hallaban espacios para sacar ventajas cerca del aro. Así equilibraron el marcador (22 – 20, minuto 10). El segundo cuarto demostró que nos convenía correr siempre que pudiéramos. En cuanto reboteábamos y salíamos con velocidad, anotábamos. Así se enganchó al partido Swing, muy bien acompañado en la anotación por un Garino acertado desde el exterior. Aun así, el rebote ofensivo de los locales mantenía el equilibrio: 42 – 46 al descanso.
El tercer cuarto fue una delicia para el espectador neutral. Rebosaba el talento en forma de canastones en uno y otro aro. Seguramente fueron los mejores minutos de los menorquines, pero no nos amedrentamos y respondimos al pulso con decisión. Todo quedaba pendiente de resolución para el tramo final: 70 – 69 con diez apasionantes minutos por disputar.
Llegó entonces lo mejor de nuestro juego defensivo. Se cerró el grifo de los puntos. Enorme labor en este tramo de Mateo Díaz que tan pronto anotaba triplazos de ocho metros como agobiaba a Hannah en defensa como reboteaba cual jabato. El Fuenla era mejor y el Hestia Menorca iba agotando sus recursos, aunque se resistía a darse por derrotado.
Y ahí llegó el momento bisagra del partido. Ya dentro de los dos últimos minutos, con 78 – 84 en el marcador, nuestra defensa agotó los 24 segundos del rival y nuestro ataque puso el balón en manos de Jorge Bilbao con ventaja bajo el aro, pero erró. Y a continuación regalamos tres tiros libres (81 – 84). Acto seguido perdimos un balón que se tradujo en una contra sencilla de los locales (83 – 84). Y repetimos el fallo en la siguiente acción. En apenas un minuto pasamos de poder ganar hasta el average a vernos por debajo 85 - 84, con el público muy venido arriba y cara de no entender qué había pasado.
Empero este Fuenla es un equipo muy seguro de sí mismo. Restaban 37 segundos y había que ganar de nuevo el partido. Si en las manos de Jorge había comenzado el minuto fatídico, ellas mismas iban a comenzar a labrar el victorioso final. El señor Bilbao anotó dos tiros libres en medio del ensordecedor ruido de un pabellón que temblaba para poner el 85 - 86. Tiempo muerto del rival para preparar la jugada definitiva a diez segundos del final. Y obramos la gesta de robar el balón en el saque de banda en una jugada decisiva por segundo partido consecutivo. A continuación Tomás Bellas recibió una falta que claramente era antideportiva pues el rival no tenía opción de robar el balón y su único propósito era parar el reloj. No lo indicaron los árbitros, pero Tomás anotó los dos tiros libres (85 – 88). La última intentona local también la defendimos de maravilla de tal forma que el triple a la desesperada y en posición incómoda no encontró el aro. El triunfo era nuestro.
Es momento de disfrutar la quinta victoria consecutiva, la decimocuarta en total. Y momento de empezar a calentar motores de cara al partido del próximo sábado a las 18:30 horas en el Fernando Martín. Tendremos enfrente al Guuk Gipuzkoa Basket ¿Ya sabes con quién vas a ir al pabellón? ¿Dónde vas a hacer la parada previa y la posterior? Va a ser una tarde importante para nuestro Fuenla.
Departamento de Comunicación del Baloncesto Fuenlabrada.
Foto: Básquet Menorca. |